Una estructura cuatripartita es desde el inconsciente siempre exigible en la construcción de una
ordenación subjetiva. Esta frase, extraída por Jacques-Alain Miller de los Escritos, guía un recorrido
esclarecedor por la enseñanza de Lacan, siguiendo una continuidad inesperada más que puntos de
ruptura. El Lacan del significante y el que llegó a calificar la lógica como ciencia de lo real se dan cita en
una fórmula de 1966: el inconsciente procede de lo lógico puro.
El curso traza una travesía, desde una dialéctica articulada con la estructura en torno a una función de
exclusión, pasando por una perforación de las modalidades que precisa el lugar central de lo que no cesa
de no escribirse, hasta desembocar en lo imposible de verificar lógicamente, equivalente al no hay
relación sexual. Este axioma decisivo, reverso del que el fantasma aspira a fijar, resulta de un recorrido
por lo que la escritura permite y las condiciones que ella exige. Recorrido también de los lugares y
modalidades que el sujeto transita para decir lo que escapa a toda articulación en términos de verdad. Se
revela así el aparataje mínimo, necesario y suficiente para precisar la imposibilidad que está en juego
tratándose de lo real. Miller pone de relieve la estructura cuaternaria de las fórmulas de la sexuación,
revelando en su construcción detalles sumamente esclarecedores.